Alerta por la viruela del mono: Qué hacer ante la aparición de síntomas

En pleno brote de viruela del mono a nivel internacional, resulta fundamental conocer cómo actuar ante la aparición de síntomas sospechosos. Esta enfermedad, aunque es rara, puede presentar una serie de manifestaciones clínicas que requieren atención médica inmediata. 

Los primeros signos de la viruela del mono suelen aparecer entre 3 y 17 días después de la exposición al virus. Este período de incubación puede dificultar la detección temprana, pero una vez que los síntomas se presentan, es importante actuar rápidamente con consultas médicas. Los síntomas iniciales incluyen fiebre, dolores musculares, de cabeza, y cansancio.

Sin embargo, el síntoma más distintivo es la aparición de una erupción cutánea, que evoluciona en distintas etapas, desde manchas planas hasta ampollas llenas de pus que eventualmente forman costras. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) siguen vigilando los casos notificados en busca de otros síntomas.

Síntomas de la viruela del mono

Ante la aparición de los síntomas mencionados previamente, es importante seguir estos pasos:

1. Aislamiento: dado que la viruela del mono se transmite principalmente a través del contacto cercano con   una persona infectada, es fundamental aislarse de los demás para evitar la propagación del virus.
2. Consulta médica: comunicarse de inmediato con un profesional de la salud es esencial. La evaluación médica permitirá un diagnóstico adecuado y la implementación de medidas de tratamiento o seguimiento.
3. Evitar el contacto con animales: si bien la transmisión de persona a persona es la vía más común, el contacto con animales también puede ser un factor de riesgo. Es recomendable evitar el contacto con mascotas y otros animales durante el período de enfermedad.

Tratamiento y seguimiento para la viruela del mono

Aunque no existe un tratamiento específico para la viruela del mono, los cuidados médicos se enfocan en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones. En algunos casos, los médicos pueden considerar el uso de antivirales como tecovirimat (TPOXX) o brincidofovir (Tembexa), especialmente en pacientes con un alto riesgo de complicaciones.

El seguimiento médico es fundamental para monitorizar la evolución de la enfermedad, especialmente en los casos en que las erupciones cutáneas persisten o empeoran. Además, el cuidado adecuado de la piel afectada y el manejo del dolor son aspectos fundamentales del tratamiento.

Finalmente, la prevención juega un papel clave en la lucha contra la viruela del mono. Evitar el contacto cercano con personas que presentan síntomas, mantener una buena higiene personal y seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias son medidas esenciales para reducir el riesgo de contagio.

Además, si se presentan síntomas, es fundamental actuar con responsabilidad y buscar atención médica para proteger tanto la salud personal como la de los demás. Por lo tanto, estar informado y preparado ante la viruela del mono es la mejor defensa.