Estefanía Pasquini habló de sus deseos de agrandar la familia con Alberto Cormillot

Estefanía Pasquini, nutricionista y esposa del reconocido médico Alberto Cormillot, volvió a mostrarse cercana y abierta con sus seguidores en redes sociales. En una reciente interacción a través de su cuenta de Instagram, donde acumula más de 200 mil seguidores, habilitó una caja de preguntas y respondió con sinceridad sobre distintos aspectos de su vida personal y profesional. 

Entre las consultas que le llegaron, una en particular captó la atención: su deseo de convertirse nuevamente en madre. Sin rodeos ni vueltas, Pasquini dejó en claro que le encantaría que su hijo Emilio, de tres años, tuviera un compañero o compañera para compartir la infancia. 

Un seguidor que se animó a preguntarle con simpatía sobre la posibilidad de sumar otro integrante al hogar. “¿Te gustaría darle un hermanito a Emilio o Adro se pone celoso?, le consultó divertido un usuario. Sin dudarlo, ella afirmó: “Amaría tener otro. Y Emilio siempre dice ‘¿y si compran otro Emilio?’. Pero agradezco haber podido tenerlo a él", expresó. 

Sinceridad en redes: maternidad, límites y reflexiones
Pasquini suele utilizar sus redes sociales no solo para hablar de nutrición -su área de trabaj- sino también para compartir aspectos de su vida familiar, como la crianza de su hijo y su relación con Cormillot. En esta oportunidad, se mostró particularmente reflexiva respecto al tipo de crianza que elige para Emilio, subrayando la importancia de establecer límites desde temprano.

En relación a cómo maneja la disciplina con su hijo, fue contundente y señaló que no es “‘libre’. Es un niño. Si no le pongo límites hoy, el día de mañana se los pone la vida y no va a entender nada”, reflexionó. La declaración generó apoyo entre sus seguidores, muchos de los cuales agradecieron la franqueza con la que abordó un tema tan sensible. 

Y agregó una aclaración importante sobre su concepto de límites: “Ojo, límites que no es lo mismo que andar rompiendo los huesos por cualquier cosa”. Con estas palabras, Pasquini puso el foco en una crianza respetuosa pero firme, que apuesta por el diálogo y el entendimiento sin dejar de lado la estructura necesaria en el desarrollo infantil.