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La exposición al ruido nocturno esta vinculada al mayor riesgo de diabetes tipo 2

El ruido ambiental durante la noche incrementa significativamente la incidencia de diabetes tipo 2 en adultos urbanos, sostiene un estudio.

Sociedad18 de junio de 2025
Ruidos molestos
Ruidos molestos

En una sociedad cada vez más urbanizada y ruidosa, el impacto del ruido ambiental en la salud humana va ganando atención científica en las últimas décadas.

Si bien se asoció históricamente el ruido a efectos cardiovasculares como hipertensión o enfermedades coronarias, un nuevo estudio publicado recientemente en Environmental Health sugiere que la exposición prolongada al ruido nocturno también podría estar vinculada con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

El artículo científico, titulado "Nighttime residential noise exposure and incidence of type 2 diabetes in adults: a population-based cohort study" (Exposición al ruido residencial nocturno e incidencia de diabetes tipo 2 en adultos: un estudio de cohorte basado en población), analiza datos de más de 4 millones de personas en Dinamarca entre los años 2001 y 2015, revelando una relación estadísticamente significativa entre niveles elevados de ruido ambiental durante la noche y el desarrollo de diabetes tipo 2, incluso después de ajustar por factores socioeconómicos y otros contaminantes ambientales como la contaminación del aire.

Este hallazgo añade una nueva capa de complejidad a la comprensión de los determinantes ambientales de enfermedades crónicas y plantea importantes cuestiones sobre cómo gestionamos el ruido urbano como factor de riesgo para la salud pública.

¿Qué dice el estudio?
   El estudio, liderado por investigadores de la Universidad de Copenhague y otras instituciones danesas, utilizó registros nacionales sanitarios y modelos avanzados de exposición al ruido para evaluar el impacto del ruido nocturno en la aparición de diabetes tipo 2. Los datos incluyeron información de residentes mayores de 30 años en Dinamarca, excluyendo a quienes ya tenían diagnóstico previo de diabetes.

   Los investigadores estimaron los niveles de ruido nocturno (entre las 22 pm y las 6 am) en diferentes zonas residenciales utilizando modelos de propagación acústica validados, considerando fuentes principales como tráfico rodado, ferrocarril y aviación. Posteriormente, compararon estos niveles con la incidencia de nuevos casos de diabetes tipo 2 registrados entre 2001 y 2015.

   Los resultados mostraron que por cada aumento de 10 decibelios (dB) en la exposición al ruido nocturno, la incidencia de diabetes tipo 2 aumentaba en un 8%. Este riesgo era aún más pronunciado en mujeres y en personas mayores de 65 años. Además, el riesgo se mantuvo significativo incluso cuando se controló por factores como nivel socioeconómico, contaminación del aire y otros hábitos relacionados con el estilo de vida.

¿Cómo puede afectar el metabolismo?

Aunque el mecanismo exacto que conecta el ruido nocturno con la diabetes tipo 2 aún no está completamente dilucidado, los autores del estudio proponen varias vías fisiológicas posibles:

Alteración del sueño: el ruido nocturno, aunque no despierte conscientemente a la persona, puede interrumpir los ciclos normales de sueño, especialmente el sueño profundo y el REM. Un sueño de calidad deficiente se ha asociado repetidamente con resistencia a la insulina y alteraciones metabólicas.

Estrés crónico: la exposición recurrente al ruido actúa como un estresor ambiental constante, lo que puede provocar una activación sostenida del sistema nervioso simpático y una liberación continua de cortisol, una hormona que interfiere directamente en la regulación de la glucosa en sangre.

Inflamación sistémica: algunos estudios han mostrado que el estrés crónico inducido por el ruido puede desencadenar respuestas inflamatorias leves pero persistentes, que a su vez podrían contribuir al desarrollo de resistencia a la insulina.

Estas tres vías están interrelacionadas y forman parte de un modelo creciente que entiende el estrés ambiental como un factor endocrino disruptor, capaz de modificar la homeostasis metabólica a largo plazo.

Diferencia entre ruido nocturno y ruido diurno
Una de las conclusiones más interesantes del estudio es que el ruido nocturno tiene un impacto más marcado que el ruido durante el día. Aunque ambos pueden ser perturbadores, el período nocturno es crucial para la recuperación física y mental, así como para la regulación hormonal y metabólica.

Durante la noche, el cuerpo entra en un estado de reposo y reparación. Las interrupciones constantes, aunque sean sutiles, pueden alterar este proceso, interfiriendo con funciones como la regeneración celular, la consolidación de la memoria y la regulación del azúcar en sangre.

Además, el ruido nocturno tiende a ser menos esperado y más intrusivo que el ruido diurno, lo que provoca respuestas de alerta incluso sin despertar completamente. Esta "microdespertares" pueden ser suficientes para elevar temporalmente la presión arterial, la frecuencia cardíaca y el nivel de estrés, sin que la persona sea consciente de ello.

Implicaciones para la salud pública
La relevancia de este estudio va más allá del ámbito académico. Con más del 55% de la población mundial viviendo en áreas urbanas, y con tendencias hacia un aumento del ruido ambiental debido al crecimiento poblacional y el transporte, entender y mitigar los efectos del ruido nocturno se convierte en un asunto urgente de salud pública.

La diabetes tipo 2 es una epidemia global, afectando a más de 500 millones de personas en todo el mundo. Es una enfermedad multifactorial, influenciada por genética, dieta, ejercicio y ahora, también por factores ambientales como el ruido.

Este hallazgo subraya la necesidad de integrar políticas de reducción del ruido en las estrategias de prevención de enfermedades crónicas. Medidas como la mejora del aislamiento acústico en edificios, la planificación urbana orientada a separar zonas residenciales de fuentes de ruido intenso, y horarios restringidos para actividades ruidosas podrían tener beneficios tanto en la calidad de vida como en la carga económica asociada a la diabetes.

Perspectivas futuras y limitaciones del estudio
A pesar de sus fortalezas metodológicas como el tamaño de la muestra, el seguimiento longitudinal y el uso de modelos precisos de exposición, el estudio presenta algunas limitaciones que deben tenerse en cuenta.

Primero, al tratarse de un estudio observacional, no puede establecer causalidad definitiva, sino asociación. Segundo, no se midió directamente la calidad del sueño de los participantes, lo que impide confirmar si éste fue realmente el mecanismo mediador. Tercero, aunque se ajustó por múltiples variables, siempre existe la posibilidad de sesgos por factores no medidos, como patrones dietéticos o niveles de actividad física.

Sin embargo, los autores destacan que los análisis complementarios realizados dentro de grupos homogéneos (por edad, género y condición socioeconómica) refuerzan la consistencia de los resultados.

Futuros estudios deberán explorar más profundamente los mecanismos biológicos involucrados, así como replicar estos hallazgos en poblaciones de distintas regiones geográficas y culturales, donde los patrones de exposición al ruido y los niveles de diabetes pueden variar considerablemente.

El estudio publicado en Environmental Health representa un paso importante en la comprensión de cómo nuestro entorno físico afecta nuestra salud metabólica. Muestra que el ruido, muchas veces ignorado como mero inconveniente, puede tener consecuencias profundas en el desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2.

En un mundo donde el silencio se vuelve un bien escaso, esta investigación nos invita a repensar cómo diseñamos nuestras ciudades y cómo protegemos espacios para el descanso nocturno. Reducir el ruido ambiental no solo mejoraría la calidad de vida, sino que podría prevenir miles de casos de diabetes en el futuro.

Como dijo uno de los investigadores principales en declaraciones posteriores al estudio: "No podemos ver el ruido, pero sí podemos sentir sus efectos. Es hora de que lo tratemos como el contaminante que es".

Estudio original: Pedersen CB, Sørensen M, Hvidtfeldt UA, et al. "Nighttime residential noise exposure and incidence of type 2 diabetes in adults: a population-based cohort study". Environ Health. 2025;24(1):17.  

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